Cómo argumentar

SECCIÓN: TEXTO ARGUMENTATIVO. CÓMO ARGUMENTAR

¿CÓMO ARGUMENTAR?

Definición de texto argumentativo

Antes de explicar cómo argumentar, vamos a definir la noción de texto argumentativo: es aquel en el que el emisor trata de convencer o persuadir a un receptor o destinatario de una tesis (idea u opinión que se defiende o rechaza) por medio de razones o argumentos. También puede tener como finalidad otros objetivos: refutar o rechazar una idea u opinión contraria, rebatirla, demostrar la verdad de una afirmación o aserción, justificar una conducta, un comportamiento, mover al receptor para que adquiera algo o realice una acción, criticar, etc.  

Estructura de un texto argumentativo

¿Cómo argumentar? Es necesario que para ello tengas claro la estructura de un texto argumentativo. Aunque existen distintos tipos posibilidades para organizar un texto argumentativo, la más habitual es la que se atiene a las tres partes siguientes: introducción, desarrollo o cuerpo argumentativo y conclusión. A la hora de argumentar, por ejemplo, en un trabajo de clase o en Selectividad, o en cualquier otro tipo de situaciones comunicativas, ten muy en cuenta que queden de manera clara las siguientes partes:

Introducción

En el comienzo de un texto argumentativo el autor puede reflejar directamente la tesis (es la opinión o idea que defiende o rebate), o bien puede pretender despertar la atención del lector y plantear únicamente el asunto o cuestión sobre el que va a tratar (la eutanasia, la pena de muerte, el aborto, la situación de la educación, el acoso escolar, etc.). Es posible que ambas posibilidades se den en esa introducción, que puede abarcar, además del primer párrafo, un segundo, por ejemplo,  en un texto de extensión corta o mediana (como, por ejemplo, un artículo de opinión, una carta al director). También es posible encontrar columnas o textos argumentativos escritos en un único párrafo; entonces la introducción abarcará, obviamente, las primeras líneas. Hay varios modos de despertar la atención del lector: una cita, un anécdota o experiencia personal, un hecho o dato, una pregunta, etc. 

Cuerpo argumentativo

Es la parte en la que el autor desarrolla el asunto o cuestión planteada y aporta los argumentos (de autoridad, de experiencia personal, de causa-efecto, de ejemplificación, de comparación-contraste, argumentos afectivo-emotivos, basados en valores morales o éticos, etc.) necesarios que apoyen la tesis o idea que quiere defender o refutar. A veces la argumentación se puede combinar con la exposición de datos, hechos, noticias…, pero como apoyo para argumentar a favor o en contra. También el autor puede reflejar contraargumentos u objeciones (argumentos de la parte contraria que son rebatidos o refutados),  así como concesiones (admisión provisional de algún argumento de la parte contraria pero que no invalida la tesis defendida).

 Conclusión

Es la parte final del texto. En ella se puede ofrecer, si no se ha hecho antes, la tesis o idea que defiende el autor. También se puede repetir o reformular con otras palabras. La conclusión, asimismo, puede ser una síntesis o recopilación de lo más significativo del texto. El autor puede finalizar, además, con una pregunta, una reflexión, una petición, un ruego, una invitación a la acción, una cita, etc. 

Tipos de estructuras argumentativas

Las dos estructuras argumentativas más habituales son las dos primeras, pero hay otras:

  • la deductiva o analizante (va de lo general a lo particular; la tesis se sitúa al principio del texto);
  • la inductiva o sintetizante (va de lo particular a lo general; la tesis aparece al final del texto).
  •  la encuadrada o circular (la tesis aparece al principio y se reelabora o repite al final),
  • la paralela (hay varias tesis a lo largo del texto) 
  • la de contraste y comparación (a lo largo del texto se enfrentan dos tesis o ideas, resaltando las similitudes y diferencias entre ambas).  

Hay que tener en cuenta que en algunos textos argumentativos, especialmente los periodísticos (artículos de opinión o columnas, cartas al director), la estructura de una argumentación puede ser libre. Es decir, nos podemos encontrar la tesis, por ejemplo, en mitad del texto.  

A pesar de la libertad que puede darse en un texto argumentativo, es importante  que la estructura argumentativa esté bien organizada y sea clara y coherente para el lector. 

Argumentación subjetiva y objetiva

En un texto argumentativo suele predominar la subjetividad, es decir, la visión subjetiva y personal del autor. Esta se manifiesta en la llamada modalización, es decir, uso de recursos lingüísticos y retóricos para mostrar la opinión, postura o perspectiva personal del autor:

  • uso de léxico connotativo y valorativo (sustantivos, adjetivos, adverbios o expresiones que afirman o niegan de modo contundente), perífrasis modales y verbos de opinión;
  • empleo de la modalidad interrogativa, desiderativa, dubitativa o interrogativa;
  • utilización de pronombres o determinantes en primera persona (yo, me, mi, mí, nosotros, nuestro, etc.), así como verbos en primera; 
  • apelaciones al receptor o destinatario directas (vocativos)  o indirectas (uso de la segunda persona);
  • empleo de recursos expresivos (metáforas, ironías, hipérboles, comparaciones, paralelismos, etc.). 
  • marcadores o conectores que manifiestan la opinión (desde mi punto de vista, en mi opinión, a mi parecer, según yo lo veo, etc.). 

En determinados tipos de texto, el autor puede optar por la objetividad (ausencia de modalización). En este caso usará, por ejemplo, la modalidad enunciativa, oraciones en pasiva refleja o impersonales y, en definitiva, ausencia o poca presencia de los recursos  arriba mencionados.  

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